El sendero por el
que me llevaba mi cruzada era sin duda algo de admirar. La reina me ha dado una
misión de suma importancia. No era enrevesada, ni sería longeva según el
planteamiento. Pero que conllevara poco no significa que fuera algo carente de desafío.
Las fuerzas del
destino me llevarían a visitar a una vieja amiga de la academia. No poseía idea
alguna de donde desembocaría una reunión improvisada como esta.
Sin embargo, estaba
determinado en algo, no convertirlo en acto sentimental carente de pensamiento
racional alguno. La nostalgia era un factor que debería superar, después de
todo, mi investigación debe ser rigurosa y obstinada si deseo obtener la
información que buscaba.