Episodio 1: 25




Una vez todos los alumnos han salido a la libertad relativa en este mundo cruel, el profesor se para enfrente de nuestros protagonistas y le da instrucciones claras y concisas rellenas con insultos vacíos que en este punto ya son típicos en él.

Debido a su inherente “rebeldía ante las putrefactas reglas de convivencia entre profesor y maestro”, ambos son condenados a hacer de conserjes de toda la escuela. 

Obviamente esto no será a un nivel obsesivamente completo, después de todo la escuela posee un conserje propio. Será más una limpieza ligera para liberar las instalaciones de las profanaciones materiales en el suelo, y restringido a las salas que poseen permiso los plebeyos comunes (ergo, excluir la sala de maestros y la oficina del director).

Después de dar esta gran tarea, el profesor se marcha para seguramente ir a seguir su sufrimiento diario en algún otro lugar.